Cerámica de Mata Ortiz
Juan Mata Ortiz es una población mexicana ubicada a 320 kilómetros de la capital del estado de Chihuahua, al noroeste. Se encuentra a escasos 35 kilómetros de Casas Grandes, zona en la que se conserva la herencia cultural de Paquimé y Colonia Juárez, del desierto y de saberes que se descubren al interior del territorio, tal vez en una cueva o un cerro.
Son cerca de 300 familias las que avivan la tradición alfarera de más de 600 años en Paquimé, empleando la misma técnica y materiales con las que se realizaron extraordinarias vasijas durante el periodo mesoamericano. Con un sentido de actualidad e innovación, las y los artistas de Mata Ortiz renuevan los diseños y rasgos estilísticos que les distinguen y que han generado interés en todo el mundo. Las geometrías y patrones simbólicos revelan a simple vista un aliento nómada y tribal, de profunda conexión con la tierra. La técnica ancestral de la cerámica de Mata Ortiz emplea pinturas minerales libres de plomo, aplicadas finamente con pinceles hechos con cabello niños o niñas. Para elaborar las vasijas, los alfareros inician con una tortilla de barro que extienden con sus dedos sobre una superficie, para después trasladarla y ajustarla a un molde en forma cóncava y de baja profundidad. Después amasan tiras gruesas y largas que van colocando una sobre otra formando las paredes, mismas que alisan con la mano, adelgazando el grosor del barro con una cuña de metal dentada. Al interior de una pieza terminada pueden sentirse las marcas de los dedos del artista que la moldeó. El gran fuego a cielo abierto termina con el proceso, el cual se consigue usando cortezas de álamo y boñigas de vaca (estiércol seco), garantizando una llama de altísima temperatura y un acabado rústico.
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El poblado de Batopilas se localiza en el estado mexicano de Chihuahua, en lo profundo de una de las barrancas más hondas de la Sierra Madre Occidental.
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En la antigua ciudad de Paquimé, origen de Casas Grandes, se descubrieron asentamientos que datan del año 600 de nuestra era. Al arribo de los españoles, la ciudad ya había sido abandonada por sus habitantes originales. Se cree que sucedió alrededor del siglo VI.
Creel es un destino lleno de historia y tradición. Sus alrededores llenos de pinos y encinos invitan a la aventura que no puedes perderte en tu visita a Chihuahua. Este Pueblo Mágico también llamado “Estación Creel” te invita a revivir tu espíritu aventurero en sus grandiosos e impactantes escenarios como las Barrancas del Cobre.
Guachochi, «Lugar de Garzas» en lengua rarámuri, forma parte del estado de Chihuahua y de la enorme extensión de montañas y barrancas que se conoce como Sierra Tarahumara.
