Danza de Moros y Cristianos
Cada 15 de agosto, Ocozocoautla de Espinosa late con más fuerza. Las calles se visten de historia y tradición, y el corazón del pueblo se llena de emoción con la llegada de la Danza de Moros y Cristianos, una de las expresiones más queridas y respetadas por la comunidad. Desde el cohuiná de la Virgen de la Natividad, los danzantes parten con solemnidad y orgullo. No solo cargan banderas y trajes de colores vivos: llevan consigo la memoria de sus mayores, el eco de siglos de tradición y la certeza de que esta danza no es una simple representación, sino un legado vivo que honra la fe y la identidad del pueblo zoque.
El recorrido atraviesa las plazas de las iglesias de San Antonio, San Juan Bautista y San Bernabé, donde cada parada es un momento de encuentro entre generaciones, una escena compartida que emociona a quienes la han visto desde niños y conmueve a quienes la presencian por primera vez. El enfrentamiento entre los bandos no busca dividir, sino recordar que la historia, aún con sus contrastes, puede convertirse en motivo de unión. Al final, cuando las banderas se bajan y la reconciliación simbólica ocurre, el mensaje se vuelve claro: Ocozocoautla es un pueblo que no olvida, que transforma el pasado en arte, la devoción en danza y la tradición en motivo de orgullo.