Las Salineras de Cuyutlán
Descubre las Salineras de Cuyutlán, el “oro blanco” de Colima, donde tradición, naturaleza y cultura se mezclan en un paisaje de sal brillante, playas, laguna y experiencias auténticas que conectan al visitante con siglos de historia y la vida de las comunidades costeras.
Cuando visitas las Salineras de Cuyutlán, en el municipio de Armería, Colima, te adentras en un paisaje de esteras brillantes de sal que reflejan el cielo al amanecer, donde los trabajadores recogen la “flor de sal” con paciencia y saber heredado. Este paraje no solo cautiva la vista: invita a caminar entre charcas, observar las faenas artesanales y comprender el aporte cultural que la sal tiene para las comunidades costeras. En temporada de zafra —de marzo a junio—, la luz del sol transforma cada cristal salino en un festín visual, mientras el olor salado y el murmullo del viento marino acompañan cada paso.
La historia de las salineras en Cuyutlán se remonta a épocas prehispánicas, cuando ya existía producción de sal que tributaba al imperio Azteca. En 1925 se fundó la Sociedad Cooperativa de Salineros de Colima, S.C.L., consolidando una labor que ha pasado de generación en generación y que hoy sustenta a cientos de familias de comunidades como Nuevo Cuyutlán, Santa Rita, San Buenaventura y Los Reyes. La sal de Cuyutlán es natural, sin aditivos, producida por evaporación al sol; un producto cuya calidad ha sido reconocida a nivel nacional por su pureza y proceso artesanal.
El Museo Comunitario de la Sal, abierto desde 1996 en una antigua bodega salinera del siglo XIX, permite al visitante explorar este legado: exhibiciones sobre los métodos de extracción, maquetas, fotografías históricas, objetos cotidianos de los salineros y cerámica antigua. Este espacio cultural refleja la vida en torno a la sal, y enseña no solo cómo se produce, sino por qué esta actividad sigue siendo vital para la identidad local y para quienes gustan de experiencias auténticas.
Para turistas nacionales y extranjeros, Cuyutlán ofrece más que sal: playas de arena negra, paseos en lancha por la laguna, observación de aves y un contacto directo con tradiciones vivas. Además, se trabaja en proyectos como la Ruta de la Sal y el reconocimiento internacional “Best Tourism Villages” para situar a Cuyutlán en el mapa turístico global. Si buscas destinos que combinan naturaleza, historia y cultura con esfuerzos comunitarios reales, Las Salineras de Cuyutlán te esperan con los brazos abiertos y el brillo del oro blanco bajo el sol.