Tlatlauquitepec es un pequeño pueblo serrano al norte de Puebla. Con el aire constantemente limpiado por los oyameles que la rodean, la ciudad recibe la visita de las nubes que cuelgan bajas cerca del Cerro Cabezón, la montaña más alta de la zona, y una vista majestuosa desde casi todas partes.
El nombre náhuatl podría traducirse como el cerro que colorea o como lugar del cerro ardiente, pero ambas traducciones indican que se trata de un territorio realmente espectacular. El antiguo asentamiento acogió a olmecas, toltecas y, más tarde, a otros que escapaban de la subyugación a Tenochtitlan.
Con la llegada de los españoles, la ciudad fue sede del primer convento franciscano de América ya en 1531. Fue una ciudad ilustre a lo largo del periodo colonial, y hoy sigue siendo un lugar notable y memorable.
La gente la visita sólo para pasear por las tranquilas calles del centro. No muy lejos, hay tirolinas y todo tipo de aventuras al aire libre. La región es especialmente famosa por sus cuevas y sistemas cavernarios. Para los que se conformen con habitar en la superficie, la rectoría de la iglesia parroquial alberga todavía algunas pinturas muy bien consideradas de Luis Toral González.
Muy presente en la región cafetera de Puebla, esta bebida constituye un pasatiempo importante tanto para visitantes como para residentes. En el mercado callejero se sirven tlayoyos de alverjón, mole ranchero, chilposonte y muchas otras delicias locales. También es el lugar de un importante comercio de artesanía local.
Tlatlauquitepec se encuentra casi directamente al este de Ciudad de México. La ruta puede recorrerse en poco más de cuatro horas. Autotransportes Tlaxcala hace el viaje desde TAPO un poco más rápido. Pero los visitantes llegarán tanto desde Tlaxcala como desde Xalapa, ambas a unas tres horas de distancia. El viaje desde la capital de Puebla es de poco más de dos horas. También es el origen de los autobuses que paran con más frecuencia en la ciudad.