Zempoala
Fantástico y remoto, llegas a un pueblo al borde de las suaves colinas del desierto y, con los ondulantes magueyes, solo alcanzas el cielo sin fin.
Zempoala es una pequeña ciudad fantástica en las colinas onduladas y dramáticas del centro de Hidalgo. En cierto sentido, la ciudad pone fin a una cadena de Pueblos Mágicos que comienza con Teotihuacán (en San Juan Teotihuacán y San Martín de las Pirámides) y Otumba. Aquí, al otro lado de la frontera estatal, los visitantes perciben la diferencia esencial de Hidalgo incluso con las muchas similitudes con los otros pueblos cercanos. Ésta es la tierra del pulque, de las plantas de maguey que se elevan surrealistas hacia el sol y de un paisaje que parece llegar a todas partes, aunque nunca hasta el horizonte. Es una versión desamparada y acogedora de México para los entendidos y sus afortunados invitados.
El pueblo fue famoso por albergar culturas toltecas, otomíes y otras. El Museo Comunitario de Zacuala cuenta más de esa historia a través de artefactos y documentación aparentemente extraídos del mismo paisaje.
El fruto del nopal sigue figurando en la escena culinaria local, que no sólo está llena de nopales, sino de todo tipo de sabores locales exóticos. Es una ciudad muy barbacoa y la gente viene sólo a comer. Pero los paisajes de los alrededores invitan a hacer excursiones y a visitar las numerosas haciendas históricas con una rara arquitectura cívica de los siglos XVII y XVIII. La antigua hacienda de San Juan Pueblilla, en particular, está bien desarrollada y es un placer explorarla y disfrutarla.
Zempoala se extiende alrededor del gigantesco antiguo monasterio de Todos Los Santos. Iniciado en el siglo XVI, en la actualidad la imponente fachada compite sólo con las montañas circundantes en un intento por dominar el paisaje. Pero aquí el cielo parece ganar siempre incluso a los picos más altos.
Autobuses Teotihuacan y Texcoco tienen autobuses directos desde la estación de Autobuses del Norte en Ciudad de México. Y algunos visitantes visitarán otras pequeñas ciudades por el camino. Desde Pachuca, el autobús a Texcoco sólo tarda unos 30 minutos.