En el corazón de los Valles Centrales de Oaxaca, entre colinas verdes y caminos antiguos, se encuentra Ayoquezco de Aldama, un destino lleno de historia, espiritualidad y paisajes que invitan a detenerse y contemplar.
Aquí, el tiempo se mezcla con la tierra y el cielo. Al visitar el cerro El Choco, no solo estás en un mirador natural: estás pisando un legado milenario. Este sitio arqueológico fue un conjunto habitacional zapoteca, un vestigio vivo de una civilización que dejó su huella en cada piedra. Caminar por sus vestigios es sentir la energía de un pueblo que supo convivir con el entorno y construir en armonía con la montaña.
Pero Ayoquezco también es un punto clave en el camino de la fe. En el centro del pueblo se alza el Templo de la Natividad, un espacio que emana recogimiento y espiritualidad. Aquí, los peregrinos hacen una pausa, oran, agradecen y continúan su travesía hacia el Santuario de la Virgen, ubicado en la sierra cercana. Es un sitio que abraza al viajero, le da cobijo y lo conecta con algo más profundo.
Entre montañas, herencia zapoteca y caminos de devoción, Ayoquezco de Aldama te ofrece un viaje distinto: uno que se vive tanto con los pies como con el corazón. Ideal para quienes buscan naturaleza, cultura y ese algo intangible que solo los pueblos con alma pueden ofrecer.
