El Convento de Santiago Apóstol, fundado por la orden de los Agustinos en 1534, es una de las construcciones más emblemáticas del periodo virreinal en México y el primer convento agustino de América. Este conjunto arquitectónico fue un centro religioso y educativo clave durante la época colonial, marcando profundamente la vida cultural de la región.
A pesar de su historia tumultuosa —que incluye cambios de uso, secularización y transformaciones estructurales— el convento conserva elementos únicos como su fachada de estilo renacentista, con arcos de medio punto y detalles tallados en piedra, así como una ventana del coro con alfiz labrado en forma de cordón, símbolo del arte del siglo XVI.
Uno de sus mayores atractivos es la fuente central del claustro, adornada con seis leones tallados en piedra, una verdadera muestra del talento de los artesanos locales. En la plaza principal también destaca la fuente de Las Sirenas, decorada con figuras mitológicas que aún pueden apreciarse.
El atrio del convento, con desniveles y escalinatas, conduce a una capilla lateral y a una entrada resguardada por figuras antropomorfas de piedra. Cada rincón del convento ofrece una experiencia única para quienes buscan admirar la historia viva del estado de Morelos a través de su patrimonio arquitectónico.
