Xochicalco es una joya arqueológica enclavada en lo alto de una colina en el estado de Morelos. Su imponente diseño urbano, tallado en terrazas artificiales, refleja una planificación monumental que albergó templos, plazas y residencias para las élites de una época marcada por profundos cambios: el Epiclásico mesoamericano (650-900 d. C.).
Este sitio, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO, fue un punto de convergencia cultural entre los pueblos del centro y sur de Mesoamérica tras la caída de Teotihuacan. Aquí se levantaron relieves majestuosos como los del Templo de las Serpientes Emplumadas, con claras influencias teotihuacanas y mayas.
Uno de los espacios más fascinantes es su observatorio astronómico, ubicado en una cueva natural. Durante 150 días al año, a partir del 30 de abril, un rayo de sol penetra verticalmente a través de un ducto en la roca, revelando el avanzado conocimiento astronómico de sus habitantes.
Xochicalco no solo es un reflejo del poder simbólico de las antiguas culturas, sino también un testimonio de su relación con el paisaje, el agua, el territorio y los cielos. Un destino imprescindible para quienes desean conectar con el pasado milenario de México.
