Cantona

Puebla

Cantona

Un impresionante y poco conocido sitio arqueológico en el oriente alto de Puebla, la antigua ciudad aún parece moverse con un aire y viento totalmente diferentes.

Cantona

Cantona es un sitio arqueológico antiguo seriamente extenso e intenso en Tepeyahualco, Puebla. Casi en la frontera con Veracruz, la antigua metrópoli se asienta sobre un malpaís -un áspero campo de lava- donde la gente transforma la misma roca dura en una ciudad. Las viviendas están rodeadas de muros de piedra y, sólo en la parte sur del yacimiento, los arqueólogos han identificado más de 2.700 viviendas. En su apogeo, se cree que la ciudad llegó a albergar a más de 90.000 personas. Hay al menos 27 campos de juego de pelota que marcan una ciudad de increíble complejidad social y cultural.

La ciudad alcanzó su máximo esplendor entre 350 a.C. y 550 d.C.. Después del 600 a.C., la población siguió creciendo hasta el año 900, cuando probablemente era la ciudad más grande e influyente del Altiplano Central. La población dejó artefactos de obsidiana fabricados con piedra encontrada en los yacimientos de Oyameles-Zaragoza, a sólo nueve kilómetros de distancia. El gobierno organizó y controló la producción de utensilios en más de 350 talleres y mantuvo redes de intercambio con otras regiones del centro de Mesoamérica.

Ninguna fuente histórica menciona a Cantona, pero la grandeza de la Ciudad perdura. Los visitantes recorren la zona sur, con templos, plazas, calles abiertas, casas y seis campos de pelota. La Plaza Oriente o Pirámide del Mirador ofrece unas vistas privilegiadas del sur de la ciudad. Desde el Juego de Pelota 5, los visitantes pueden contemplar todo el extremo occidental de la Acrópolis.

Tepeyahualco está a unas tres horas y media muertas al este de Ciudad de México. El yacimiento arqueológico de Cantona está a unos diez minutos al norte del centro de la ciudad y muchos taxis y combis sabrán adónde quieres ir. La región alberga un buen número de antiguas haciendas que complementan los pequeños hoteles y posadas de la zona que se extiende hasta Alchichica. Tampoco faltan aquí magníficos conjuntos arquitectónicos coloniales.

ATAH (Autotransportes Tlaxcala, Apizaco, Huamantla) ofrece autobuses regulares desde la TAPO de Ciudad de México y desde el centro de Tlaxcala. La mayoría de los autobuses le dejarán en Alchichica, con su famosa y legendaria laguna. Junto con Tepeyahualco, la región constituye una especie de microzona de vacaciones. Con la cima del Cerro de Pizarro casi siempre visible al noreste, la zona ofrece un ambiente fresco y a veces surrealista, con furgonetas combi que transportan regularmente a residentes y viajeros curiosos entre los numerosos lugares, siendo Cantona uno de los más fascinantes.

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