Zona Arqueológica La Organera
Corazón milenario de la costa pacífica
La Zona Arqueológica La Organera-Xochipala se localiza en el estado de Guerrero, en el municipio de Eduardo Neri. Este importante asentamiento prehispánico fue uno de los centros más destacados de la cultura Mezcala, que floreció en la región entre los años 650 y 1000 d.C., durante los periodos Epiclásico y Posclásico Temprano. El nombre “La Organera” proviene de la abundancia de órganos, un tipo de cactus de la región, mientras que “Xochipala” significa en náhuatl “la flor que pinta de rojo”.
El sitio ocupa alrededor de 18,000 metros cuadrados y está construido en terrazas adaptadas a la pendiente de la sierra. Su trazo urbano se distingue por la presencia de plazas, patios hundidos, plataformas ceremoniales, un juego de pelota y edificios palaciegos que revelan una planeación arquitectónica compleja. Entre sus estructuras más notables se encuentran la Plaza Central, el Palacio Blanco, el Basamento de los Clavos y la Plaza del Aljibe. Muchas de estas construcciones están decoradas con muros de piedra y techos de lajas saledizas que forman bóvedas falsas, una técnica característica de la zona.
La arquitectura de La Organera refleja una organización social jerárquica y una función política y ceremonial relevante. También se han hallado restos de esculturas, cerámica y entierros, lo que indica que el sitio fue un importante centro económico y religioso. En la actualidad, además de su valor arqueológico, el lugar conserva una dimensión ritual viva, ya que comunidades locales siguen realizando ceremonias tradicionales en fechas clave como el equinoccio de primavera.
La Organera-Xochipala ofrece una experiencia única para quienes buscan conocer de cerca el legado de una de las culturas más enigmáticas del occidente mesoamericano.
