Zona Arqueológica Pañhu

Hidalgo

Zona Arqueológica Pañhu

Plaza del fuego viejo donde nació el calendario otomí

Zona Arqueológica Pañhu

Localizada en un borde de meseta en Tecozautla, Hidalgo, Pañhú —de origen otomí y perteneciente a la cultura Xajay— fue fundado entre los años 300 y 1100 d.C. Su nombre significa “camino caliente” y está dedicado al dios Huehuetéotl‑Xiuhtecuhtli, el Fuego Viejo del universo otomí.

El centro ceremonial abierto comprende la Plaza Principal, la pirámide dedicada al fuego, y un tecpan o palacio de gobierno con banquetas talladas —espacios donde residía y deliberaba la autoridad Xajay. El entorno está salpicado con petrograbados que marcan rutas solares: especialmente notables aquellos que guían al Sol en abril hasta un petrograbado alineado al ocaso.

Llegar a Pañhú implica recorrer un sendero angosto custodiado por acantilados, atravesar la Mesilla y subir por una meseta que ofrece panorámicas del Valle del Mezquital y del Cerro del Astillero, señalado como el mítico Coatepec en la mitología mexica.

Visitar este sitio es una experiencia profunda: sentir bajo los pies una arquitectura simbólica, leer la piedra que marcó el tiempo solar y contemplar una construcción planificada según el conocimiento astronómico otomí. El espacio aún mantiene la serenidad de un centro ritual, organizado alrededor del fuego y de observaciones luminosas.

Pañhú no solo es ruina arqueológica: es un testimonio de un pueblo que sobrevivió al colapso de Teotihuacán y mantuvo su identidad mediante la observación del fuego y del cielo. Es una invitación a caminar entre el origen del tiempo otomí, en armonía con el paisaje y con la energía ancestral del fuego sagrado.

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