Zona Arqueológica de Ihuatzio, Michoacán.
Ver másLa primera ocupación correspondió a grupos de habla náhuatl y con influencia tolteca. Estos habitaron las islas y las riberas del Lago de Pátzcuaro.
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Michoacán
Entre lagos que reflejan cielos infinitos, montañas cubiertas de niebla y playas que aún susurran secretos de Pacífico, se extiende Michoacán, un territorito que guarda el alma del país. Aquí los pueblos purépechas mantiene vivas sus lenguas, danzas y oficios, mientras ciudades coloniales como Morelia resplandecen con su arquitectura de cantera rosa y su vida cultural vibrante.
Donde el maíz se transforma en corundas envueltas con cariño, uchepos tiernos, atoles aromáticos y tortillas que se amasan con herencia y orgullo. Cada platillo es una ceremonia, cada ingrediente, una raíz que conecta con la tierra. Comer en Michoacán es entrar a un mundo donde el tiempo se detiene para honrar lo simple, lo sabroso y lo sagrado.
Ahí, cada temporada tiene su magia, la llegada de la mariposa monarca en Zitácuaro, los altares encendidos en Día de Muertos en Pátzcuaro, los danzantes que celebran la vida en Erongaricuaro. Es un estado que no se olvida, porque deja huella en el corazón.
Página Oficial del sitio: www.visitmichoacan.com.mx
La primera ocupación correspondió a grupos de habla náhuatl y con influencia tolteca. Estos habitaron las islas y las riberas del Lago de Pátzcuaro.
Huandacareo, también conocido como La Nopalera, se alza sobre una loma al noroeste del lago de Cuitzeo.
Aquí predominan las pirámides construidas con cuerpos superpuestos y escalinatas centrales que conducen a plazas ubicadas en distintos niveles.
El Santuario El Rosario es el sitio más grande y visitado dentro de la Reserva de la Biósfera de la Mariposa Monarca, donde cada invierno millones de mariposas se congregan en los bosques de oyamel.