El Mercado 20 de Noviembre es uno de los lugares más representativos y tradicionales de la ciudad de Oaxaca. Se trata de un espacio donde se puede disfrutar de la gastronomía, la cultura y el arte oaxaqueño, así como comprar productos locales de calidad; la historia de este mercado se remonta al año 1862, fecha en la que inició su construcción sobre las calles 20 de Noviembre, Francisco Javier Mina, Ignacio Aldama y Miguel Cabrera, dicho espacio correspondía a lo que en su día fue el Convento de San Juan Dios, que existía como un anexo al templo del mismo nombre. Este inmueble fue planeado para alojar a los comerciantes que se encontraban en la Plaza de Armas (Zócalo), su elaboración duró aproximadamente 20 años, y en el año 1882 fue inaugurado bajo el nombre de Mercado de la “Industria”.
El Mercado 20 de Noviembre debe su nombre a la fecha en que se inició la Revolución Mexicana en 1910, un movimiento que buscaba transformar el país y acabar con la dictadura de Porfirio Díaz. Su origen se remonta al siglo XIX, en ese entonces era un lugar donde se vendían frutas, verduras, flores y animales; con el paso del tiempo, el mercado fue creciendo y diversificando su oferta, incorporando productos típicos de la región como el chocolate, el mezcal, el mole, el queso, entre otros. Además, el mercado ha sido y es hasta la fecha, un espacio de encuentro y convivencia entre los habitantes y visitantes de Oaxaca, donde se puede apreciar la riqueza y diversidad de su cultura.
Este mercado alberga en él una gran historia de sus orígenes, al igual la historia de vida de cada uno de los locatarios que han pasado muchos años dedicados al comercio; también se encuentran muchas cocineras tradicionales que cuentan con más de 60 años en el mercado, las cuales poseen una gran riqueza gastronómica con sus platillos tradicionales y recetas ancestrales que van de generación en generación.
El Mercado 20 de Noviembre es un lugar que ofrece una gran variedad de opciones para todos los gustos y presupuestos; comenzando con el pasillo del humo, uno de los sitios más populares y concurridos del mercado, se trata de un corredor donde se vive una experiencia inolvidable, se trata del asado de carnes como tasajo, cecina, chorizo y costilla, acompañadas de tortillas hechas a mano, salsa, cebolla y cilantro, el aroma y el sabor son irresistibles.
Continuando con otro reconocido pasillo como es el del chocolate, (nuestro estado es famoso por su chocolate oaxaqueño, que se elabora artesanalmente con cacao, azúcar, canela y almendras), en este pasillo podrás encontrar diversos establecimientos que venden chocolate en diferentes presentaciones, chocolate en polvo, en tablillas, en barras o líquido; también puedes comprar otros productos derivados del cacao, como el tejate, una bebida refrescante hecha con maíz, cacao y flores.
El pasillo del pan, que es otro de los productos típicos de Oaxaca que se caracteriza por su variedad y calidad. En este pasillo puedes encontrar panes dulces como las conchas, los roles, las orejas y las empanadas; o panes salados como las tortas y los molletes.
El pasillo del queso, otro ingrediente esencial de la gastronomía oaxaqueña. Aquí puedes encontrar quesos frescos, como el queso panela, el queso fresco y el queso crema; o quesos maduros como el queso Cotija, el queso añejo, el queso ranchero, entre otros; pero sin duda, el queso más famoso es el quesillo, se trata de un queso blanco y suave que se elabora con leche de vaca y que tiene una textura hilada que permite estirarlo y enrollarlo.
El pasillo del mezcal. Es una bebida alcohólica que se obtiene de la destilación del agave, una planta que crece en el estado de Oaxaca; el mezcal oaxaqueño, representativo de nuestra gastronomía, tiene un sabor ahumado y fuerte, se puede tomar solo o con sal y limón, para deleitar mejor el paladar.
Oaxaca es un estado que se distingue por su riqueza artística y cultural. En el pasillo de las artesanías puedes encontrar una muestra de las diferentes expresiones artesanales que se realizan en la región, como la alfarería, la cerámica, el barro negro, el alebrije, el textil, el bordado, el rebozo, el sombrero, la joyería y la cestería. Estas artesanías son hechas a mano por los maestros artesanos, que plasman en ellas su creatividad, su talento y su tradición.
