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San Jerónimo Tlacochahuaya, Oaxaca

Oaxaca

San Jerónimo Tlacochahuaya

El arte y la religión tiene lugar en el templo de estilo barroco construido en el siglo XVI, valuado por su talla y decorado artístico, destacando la imagen de San Jerónimo, patrón de este pueblo de Oaxaca.

San Jerónimo Tlacochahuaya

A tan solo 23 kilómetros al sureste de la Ciudad de Oaxaca, San Jerónimo Tlacochahuaya se erige como un refugio de historia, arte y tradiciones vivas. Este pintoresco pueblo zapoteco es un destino imprescindible para quienes buscan sumergirse en la riqueza cultural de los Valles Centrales.

Construido en el siglo XVI, el Templo y Ex Convento de San Jerónimo es una joya arquitectónica que fusiona el barroco europeo con la identidad indígena. Su interior alberga un órgano histórico de fuelle, considerado uno de los más antiguos de México, que aún resuena en ceremonias y conciertos, ofreciendo una experiencia sonora única. Las paredes del templo, adornadas con frescos de colores vibrantes, han sido reconocidas como la "Capilla Sixtina zapoteca", reflejando la destreza artística de los pintores indígenas de la época .

Una de las manifestaciones culturales más emblemáticas de Tlacochahuaya es la Danza de la Pluma, que se presenta anualmente en la Guelaguetza tradicional. Esta danza, de origen prehispánico y virreinal, representa la llegada de los españoles al Valle de Anáhuac, simbolizando la resistencia y la fusión de dos mundos. 

Sus festividades son una mezcla de creencias ancestrales y tradiciones católicas. En julio, se celebra la Guelaguetza ancestral, una fiesta que remonta sus orígenes a los rituales zapotecos dedicados a Xilonen, la diosa del maíz tierno, y a Cociyo, el dios de la lluvia. Las y los habitantes suben al Cerro de las Azucenas para ofrecer danzas y compartir alimentos como tamales y elotes, en agradecimiento por las cosechas. En septiembre, la Fiesta Patronal en honor a San Jerónimo incluye calendas, procesiones, jaripeos y la tradicional quema de toritos, monos y castillos, llenando el pueblo de alegría y color.

San Jerónimo Tlacochahuaya no es solo un lugar para visitar, sino una comunidad que preserva y celebra su identidad. Sus centros culturales, como el Museo Comunitario, ofrecen a los visitantes una visión profunda de la lengua y la tradición oral zapoteca, la música antigua de órgano y viento, y las obras plásticas creadas por artistas locales. Al caminar por sus calles empedradas, se respira un aire de autenticidad y hospitalidad, invitando a todos a formar parte de su rica herencia cultural.

Si buscas una experiencia auténtica en Oaxaca, San Jerónimo Tlacochahuaya te espera con los brazos abiertos, dispuesto a compartir su historia, su arte y sus tradiciones.