Catedral Metropolitana de Chihuahua
Su primera piedra fue colocada en 1725. Cuenta con una capilla anexa que data de 1960 dedicada a la Virgen del Rosario y en su interior yace la imagen del Cristo de Mapimí, que estuvo en el primer templo que hubo en la ciudad.
En pleno centro de la ciudad de Chihuahua se alza imponente uno de los edificios más emblemáticos del norte de México: la Catedral Metropolitana de Chihuahua. Este majestuoso templo no solo cautiva por su elegante estilo barroco con toques neoclásicos, sino también por el profundo significado cultural, histórico y religioso que representa para la región.
Cada rincón de la catedral, desde su impresionante fachada hasta sus delicados detalles ornamentales, refleja la habilidad de los artesanos que la construyeron y la rica herencia de la ciudad. Más que un lugar de culto, es un testigo viviente de la historia de Chihuahua, símbolo de la fe, la perseverancia y la identidad de su gente.
Explorarla es viajar en el tiempo y conectar con siglos de tradición. Si visitas Chihuahua, no puedes dejar de conocer esta joya arquitectónica que combina arte, historia y espiritualidad en un solo lugar. Una experiencia que, sin duda, te dejará maravillado.
Estos son algunos de los aspectos más sobresalientes de su arquitectura: