Gutiérrez Zamora
Naturaleza, sabor y hospitalidad a orillas del río Tecolutla
Ubicado en la región del Totonacapan, Gutiérrez Zamora en Veracruz es un destino donde la naturaleza y el sabor se entrelazan.
A orillas del majestuoso río Tecolutla, el visitante puede disfrutar de paseos en lancha que revelan paisajes tropicales únicos, manglares llenos de vida y el asombroso avistamiento de cocodrilos en su hábitat natural, una experiencia fascinante que permite apreciar de cerca la riqueza ecológica de la región.
La serenidad del río, el verdor de sus márgenes y la hospitalidad de su gente convierten cada visita en una experiencia auténtica e inolvidable.
Pero si hay algo que distingue a Gutiérrez Zamora es su vínculo con la vainilla, el “oro aromático” del norte de Veracruz.
Aquí, la tradición vainillera se mantiene viva entre plantaciones, talleres artesanales y familias que conservan el arte de su cultivo y beneficio.
El visitante puede recorrer las rutas de la vainilla, conocer el proceso de polinización manual y descubrir los secretos de su inconfundible aroma, símbolo de identidad y orgullo zamoreño.
Cada rincón del municipio se ilumina con el eco de sus festividades, donde la música, la danza y los sabores tradicionales se viven con alegría.
Vive la Feria en honor a la Virgen del Carmen, celebrada en julio; deleita tu paladar en el Festival del Mole, y disfruta la Feria de San Juan Bautista, todas ellas expresiones del espíritu festivo y hospitalario de su gente.
La gastronomía local es otro de sus grandes tesoros.
El pulacle, guiso ancestral de frijoles, chiles y masa; el huatape de camarón, de sabor intenso; los tamales de picadillo y el mole de cazuela son platillos que conquistan el paladar con el toque casero y tradicional de la cocina veracruzana.
Para acompañar, nada mejor que un atole morado o unos bollitos de elote recién hechos, mientras el aroma de la vainilla envuelve el ambiente.
Gutiérrez Zamora es un lugar donde su hospitalidad, sus sabores y la magia de un pueblo que florece entre el río y la vainilla, donde la vida transcurre al ritmo del agua, del aroma dulce y del corazón de su gente.