Bacalar

Quintana Roo

Bacalar

Un lago de agua dulce tremendamente llamativo y todo el encanto de otro mundo de la Riviera Maya comprimidos en una caprichosa ciudad transitable lejos de todo lo que conoces y cerca de todo lo que esperabas.

Bacalar

Bacalar ha sido durante mucho tiempo una alternativa a Cancún. No sólo el agua es fresca (aquí no se nada en el mar salado), sino que el ambiente ha sido durante mucho tiempo mucho más alternativo y natural, sin ser directamente Joe Granola. Es igual de bella y atractiva por naturaleza, pero el ritmo de vida es lacustre, más que cosmopolita y costero.

La ciudad está totalmente dedicada a su lago oligotrófico. Esta palabra significa que, aunque tiene un alto contenido de oxígeno, contiene muy poco nitrógeno y otros nutrientes. También significa que, aunque es increíblemente claro y limpio, y normalmente se puede ver el fondo, no se ven muchos peces. Es una laguna ideal para nadar, pero los pescadores tendrán que ir más lejos. Apodada la Laguna de los Siete Colores, es fácil contarlos todos mientras se navega en kayak, se practica paddle board, se pasea en barca o simplemente se nada. Y nadar es lo que más gusta a la gente. En las cercanías, el Cenote Azul y el Cenote Negro parecen ahondar el misterio.

Bacalar surgió en torno al Fuerte de San Felipe. Se construyó en el siglo XVIII para proteger la zona de los ataques piratas de los ingleses, que no estaban satisfechos con la posesión del actual Belice. El fuerte recuerda a los del otro lado de la península, en Campeche. El fuerte ofrece unas vistas incomparables de la laguna, y un pequeño museo relata la historia de la región. Cerca se encuentran la Iglesia de San Joaquín, la Casa de la Cultura y la Plaza Principal. Los yacimientos arqueológicos de Chacchoben le adentrarán aún más en la historia maya de la región.

Bacalar ha sido durante mucho tiempo un lugar de retiro tanto para viajeros ecológicos como para alojamientos únicos, incluidos algunos frente al lago o incluso sobre pequeñas partes de él. La ciudad, subdesarrollada durante mucho tiempo, tiene cada vez más seguidores culinarios. Pero la gente la visita sobre todo para relajarse y disfrutar de sus aguas. También hay una importante comunidad LGBT, encantada de compartir el espíritu de diversidad e inclusión de Bacalar.

La mayoría de la gente llega a Bacalar desde el aeropuerto de Chetumal. Hay vuelos de Viva, Aeroméxico, Mexicana y Volaris, y un taxi desde el aeropuerto tarda unos 40 minutos. El Tren Maya realiza el mismo trayecto en aproximadamente el mismo tiempo, pero sólo presta servicio dos veces al día. Los que lleguen desde el aeropuerto de Cancún pueden tardar hasta siete horas. Los viajes desde Palenque duran casi nueve horas, pero tendrá que cambiar de tren en Escárcega. Todos juntos forman parte de una gran aventura que enriquece la vida.

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