Es uno de los sitios representativos de la etapa anterior al apogeo del Señorío Tarasco, destacando la existencia de rasgos claramente teotihuacanos, mezclados con otras tradiciones locales. Fue entre 1978 y 1979 cuando los arqueólogos Román Piña Chan y Kuniaki Ohi realizaron la mayor parte de las excavaciones arqueológicas que hoy podemos visitar. En este sitio destacan la construcción de grandes plataformas donde se construyeron basamentos piramidales, juego de pelota, múltiples cuartos -seguramente habitacionales- y varias tumbas donde se hallaron ricas ofrendas.