El nombre de Jala proviene del náhuatl Xali, que significa “arena”, y Tla, que se traduce como “lugar donde abunda”, lo que da como resultado “lugar donde abunda la arena”. Fue el primer asentamiento con población náhuatl y posteriormente evangelizado por frailes provenientes de Ahuacatlán. Con la promulgación de la Constitución del Estado de Nayarit el 5 de febrero de 1918, Jala dejó de ser un pueblo para convertirse oficialmente en villa y municipio de esta entidad federativa.
El 29 de septiembre de 2012, Jala fue incorporado al programa de Pueblos Mágicos, reconocimiento que destaca su riqueza cultural, histórica y natural. Entre sus numerosos monumentos históricos se encuentra el templo parroquial, construido en la segunda mitad del siglo XIX, y las ruinas del antiguo hospital, cuya fachada barroca sigue siendo testimonio de su pasado colonial.
Jala también es célebre por sus festividades tradicionales, entre las que destaca la Feria del Elote, celebrada el 15 de agosto, una fiesta llena de actividades recreativas, danzas folclóricas y exposiciones artesanales. Igualmente significativa es la Semana Santa, en la que se lleva a cabo una de las representaciones más impactantes de la Pasión de Cristo en la región.
Entre los principales atractivos turísticos del municipio se encuentran la Basílica Lateranense de Nuestra Señora de la Asunción, la Antigua Capilla de San Francisco, el Museo Comunitario de Jala, y el majestuoso Volcán del Ceboruco, un impresionante sitio natural que no solo ofrece paisajes espectaculares, sino también un gran valor geológico que atrae a visitantes nacionales e internacionales.
Jala es, sin duda, un destino que combina historia, cultura, fe y naturaleza, convirtiéndolo en una joya del estado de Nayarit y un lugar imperdible para quienes buscan una experiencia auténtica y enriquecedora.