Área de Protección de Flora y Fauna Metzabok

Enclavado en el corazón de la Selva Lacandona, el Área de Protección de Flora y Fauna Metzabok, en Chiapas, es un lugar que parece salido de un sueño ancestral. Con más de 3,368 hectáreas de exuberante selva alta, esta joya natural resguarda un mosaico de riqueza biológica, historia milenaria y tradición viva.

El alma de este paraíso es la laguna Metzabok, un espejo de agua de azul profundo que cambia de tonalidad con la luz del sol. A su alrededor, montañas cubiertas de selva custodian este santuario que ha sido protegido por generaciones de lacandones. Hoy, además de cultivar la tierra, estas comunidades ofrecen a los visitantes la experiencia de recorrer la laguna en canoas de remo, sin motores, sin ruido… solo el murmullo del agua, el canto de las aves y el crujir de la selva.

Metzabok no es solo naturaleza; es también historia viva. En una cueva cercana a la laguna se conservan pinturas rupestres de más de 2,000 años de antigüedad, vestigios silenciosos de los pueblos originarios que habitaron y veneraron este territorio. Símbolos, figuras y trazos ancestrales decoran las paredes y despiertan asombro y respeto entre quienes los contemplan.

Este lugar es ideal para quienes buscan fotografía de naturaleza, observación de aves, caminatas por la selva, o simplemente una conexión profunda con el entorno. La calidez de sus pobladores, el misterio de sus paisajes y la energía que emana de la tierra hacen de Metzabok un destino verdaderamente único en México.

Visitar Metzabok es adentrarse en un rincón sagrado, donde la biodiversidad, la cultura y la espiritualidad se entrelazan. Es dejarse llevar por la quietud de sus aguas y regresar con el alma renovada.

Metzabok te espera. Y su magia, también.