Comala, el “Pueblo Blanco de América”, es un susurro entre la sierra y el fuego del volcán. Sus calles empedradas y casas encaladas reflejan la luz como espejos del alma, mientras un aire sereno envuelve cada rincón con la calma de lo eterno. Declarado Pueblo Mágico, es un lugar donde la tradición, la cultura y la naturaleza se entrelazan bajo la sombra majestuosa del Volcán de Fuego y el eco inmortal de Juan Rulfo.
A los pies del coloso, Comala se alza con techos de teja roja y plazas arboladas que parecen salidas de un sueño. Caminar por su centro es como recorrer las páginas de Pedro Páramo: todo huele a nostalgia, a historia viva, a leyenda. La Parroquia de San Miguel del Espíritu Santo, el Jardín Principal y los portales con sus cafés típicos invitan a detenerse, a mirar despacio.
Aquí, cada bebida se acompaña con botanas generosas y el calor humano que distingue a su gente. La creatividad florece en talleres artesanales y la naturaleza se manifiesta cercana en la laguna La María o en las rutas verdes de Nogueras. En Comala, la hospitalidad no se dice, se vive: en sus fiestas, en su música, en la danza del tiempo que aquí parece andar más lento.
Comala no solo se visita, se siente. Es un lugar donde lo esencial se revela en cada paisaje, en cada sabor, en cada silencio lleno de memoria.
La mayoría de los visitantes van a llegar a Comala desde Colima. El trayecto es de menos de 15 minutos y hay combis y autobuses frecuentes que hacen la ruta desde el centro de Colima. Son unos 15 minutos.
Aeroméxico ofrece servicio desde Ciudad de México al aeropuerto de Colima (Licenciado Miguel de la Madrid - CLQ). Es probable que el transporte a Comala pase por Colima hacia el sur. El viaje en taxi dura unos 30 minutos.
Los viajeros de Manzanillo deben esperar un viaje en autobús a Colima de unos 90 minutos. Autovías hace el viaje varias veces al día.