Boca del Cerro es un húmedo pueblo ribereño que se adentra en Tabasco, en la península de Yucatán. Está frente al río Usumacinta y la vida transcurre a sus anchas. La gente suele bajarse aquí del Tren Maya para pasear por el malecón y luego explorar el cañón del Usumacinta, que está justo río arriba de la ciudad. Como es obvio para cualquiera que esté en la ciudad, también tiene un famoso puente del mismo nombre. El puente se utiliza a menudo como símbolo de la propia ciudad.
Los manglares y selvas de la zona hacen que aves, reptiles y muchas otras especies vivan en ella. Desde aquí parten excursiones en barco a varios lugares de las extensas regiones protegidas y de la biosfera de la zona.
Puede que Boca del Cerro no sea el mejor punto de parada para acceder a los extensos yacimientos arqueológicos, como los cercanos a las estaciones de Palenque y Calakmul. Pero para una tranquila y perezosa ciudad ribereña con acceso a las reservas naturales, es una excelente parada. La ciudad cuenta con algunos lugares muy agradables para alojarse.
Boca del Cerro es un pueblo característico de Tabasco y un destino de aventura. Conviene llevar repelente de insectos, pero eso ya lo sabías. El Cañón del Usumacinta se encuentra en su mayor parte al otro lado del puente y se extiende a gran distancia, casi sin interrupción, hasta la frontera con Guatemala. Es un país maravilloso, pero más adecuado para viajeros acostumbrados a la naturaleza y a la vida al aire libre.