Jardín Etnobotánico de Oaxaca
Ubicado en el corazón del Centro Histórico de la ciudad, dentro del complejo cultural de Santo Domingo, el Jardín Etnobotánico de Oaxaca es un espacio dedicado a mostrar la enorme diversidad vegetal del estado y su estrecha relación con la historia, la cultura y la vida cotidiana de los pueblos oaxaqueños.
Dentro del corazón del centro histórico de la ciudad, entre calle Reforma y calle de la Constitución, se localiza el maravilloso Jardín Etnobotánico, que forma parte del Centro Cultural de Santo Domingo, un antiguo Convento que fue construido en los siglos XVI y XVII para los frailes dominicos. Este emblemático lugar, nació gracias a una propuesta en el año de 1993, iniciada por el Maestro Francisco Toledo y la asociación civil PRO-OAX (Patronato para la Defensa y Conservación del Patrimonio Cultural y Natural de Oaxaca, A.C.), con la finalidad de rescatar el antiguo inmueble y crear en torno a él un jardín botánico que representara y preservara la diversidad vegetal de todo el estado. A lo largo del tiempo, este espacio tuvo múltiples funciones; una de las más importantes fue su uso como cuartel del ejército mexicano durante más de 120 años. Fue hasta 1994, cuando el gobierno federal ordenó la reubicación de la guarnición, que el gobierno estatal planteó transformar el sitio en un hotel de lujo, centro de convenciones y estacionamiento. Sin embargo, el proyecto impulsado por Francisco Toledo y un colectivo de artistas y ciudadanos defendió la idea de crear un jardín, propuesta que finalmente triunfó. Gracias a ello, el Jardín Etnobotánico abrió oficialmente sus puertas en 1998.
Desde entonces, este extraordinario espacio se ha dedicado a mostrar la riqueza vegetal del estado a visitantes de todas partes del mundo, destacando que Oaxaca es una de las regiones con mayor biodiversidad del país. Todas las plantas que lo conforman fueron trasladadas desde diferentes rincones del territorio oaxaqueño y cada una cuenta una historia distinta. Aquí conviven especies de bosques húmedos, zonas tropicales, montañas templadas y regiones frías, creando un mosaico natural único. El recorrido permite descubrir plantas medicinales, comestibles, muchas de ellas esenciales en la cocina tradicional, y una zona especial de “rescate”, donde crecen agaves y cactus salvados de proyectos de construcción en otras partes del estado. Entre las especies ceremoniales destacan el mezquite y el copal, cuya resina se utiliza como incienso y cuya madera da vida a los alebrijes; sin olvidar los agaves, base del emblemático mezcal oaxaqueño. También existe un espacio dedicado a cultivos tradicionales como la hierba de conejo, maíz, frijol, chepil, ingrediente clave del tamal del mismo nombre, jícama, amaranto, tomate, chía y muchas más.
Actualmente, el Jardín Etnobotánico abre sus puertas de martes a domingo, en un horario de diez a dieciocho horas. Es un espacio abierto al público, donde cualquier persona puede disfrutar de una experiencia inolvidable mediante recorridos guiados por sus senderos pavimentados, que se extienden a lo largo de cinco hectáreas. Estos caminos están rodeados de árboles, flores y hierbas que convierten al jardín en un sitio encantador para pasear y aprender sobre las especies vegetales originarias del estado de Oaxaca.
Además, el Jardín Etnobotánico comparte espacio con la Hemeroteca Pública de Oaxaca “Néstor Sánchez Hernández”, un lugar dedicado a resguardar la memoria histórica de la entidad. Allí se conservan imágenes, documentos y periódicos con más de un siglo de antigüedad, abiertos a la consulta del público. Al entrar, un arco da la bienvenida al patio principal del Jardín, mientras que a la derecha se encuentra un rincón cultural con una sala de lectura y dos amplias salas: una destinada al proceso de selección, restauración y conservación del acervo; y otra donde se albergan los materiales hemerográficos, además de funcionar como sede de talleres, conferencias y presentaciones.
La Hemeroteca fue fundada en octubre de 1972 por el periodista Néstor Sánchez Hernández, quien fue su primer director y cuyo nombre hoy distingue al recinto. Hoy en día resguarda publicaciones que van desde finales del siglo XIX hasta nuestros días, convirtiéndose en un tesoro para quienes desean conocer la historia de Oaxaca a través de sus páginas.